En la habitación pasan cosas... (Historias.)

- Well… Well… - Me decía Yde - Mientras yo continuaba concentrado en las letras de la preciosa canción que escuchábamos.

Estábamos todos sentados en el sofá negro, gigante, que ocupaba casi toda la pared norte de la habitación, donde estaba el pequeño bar. Los cuadros que la adornaban me encantaban, ya que cada mañana antes de marcharme al trabajo, iba y los observaba, me daban mucha paz, mucha tranquilidad. Quizás también muchas esperanzas.

Lacxos, tirado en el suelo, Franchy también. Yde, sentada a mi derecha, Belle a su lado. Blondie a mi izquierda. Baakanit, en una pequeña silla que él había buscado, estaba sentado en frente mío, Darkness a su lado, parado. Prestaban todos atención a lo que yo me proponía contarles, quizás una hazaña del día, o a lo mejor otra más de mis osadías. No, mejor aún, un tormento más, una más de mis agonías.

Bajé un poco el volumen de la canción que estábamos disfrutando, para poder conversar sin hacer más ruido de lo deseado.

- Hoy me he sentido mal muchachos – comencé a decirles con voz suave -, no sé por qué la vida se encarga de ponerle pruebas a uno en el camino, quizás para que uno crezca, o a lo mejor para examinarnos y saber hasta donde uno llega.

- Esa es la vida mi querido Well… dijo Blondie, con esa voz tan dulce que siempre la ha caracterizado. Yo proseguí.

- Hoy en el trabajo me ocurrió algo digno de furia, de rabia, de desencanto. Algo que cada vez que lo recuerdo nuevamente tan solo me preguntó por qué las personas tienen que ser tan villanas, tan malas, tan asquerosas, tan insanas. Sinceramente yo quisiera entenderlo. Y créanme, que yo soy un constante buscador de respuestas a este tipo de preguntas. Me preocupo demasiado por cosas tan simples, pero que resultan ser, a la vez, tan complejas, y muchas veces estúpidas.

- Pero… pero Well, y que fue lo que pasó men?, cuéntanos!. Me dijo Baakanit.

- No viejo, no les quiero decir exactamente lo que pasó, prefiero ni hablar sobre eso, es algo que merece muy poca importancia. Tan solo les contaré la síntesis, o prácticamente la esencia del asunto.

Mientras les contaba, ellos estaban sorprendidos por mi actitud, al haber manejado la situación en el trabajo de una forma sumamente natural y con mucha altura. Les conté de qué forma en mi trabajo había una persona, yo sabia quien era, que estaba conspirando contra mi puesto laboral. Quizás por envidia, o quizás por malicia. Esta persona había realizado varias malas hazañas haciendo entrever que el responsable había sido yo, pero gracias a mi actitud de Abogado, de persona que odia las injusticias, y que siempre le busca la quinta pata al gato, logré ganar “el caso”, y salir airoso de esa fábula, mientras a la otra persona la expulsaron.

Mientras yo les contaba, todos estaban embelezados, escuchando lo que les decía, no solamente sobre lo que pasó, ya que me fui mucho más allá. Seguí haciéndoles historias sobre situaciones de las cuales yo había salido airoso. Algunas situaciones graves, otras no tanto.

Cuando ya yo estaba cansado de hablar, les dije:

- Bueno jóvenes, yo creo que hoy me he excedido hablando, he hablado mucho más de lo que normalmente hablo, y ustedes saben que yo me sobre paso de hablador.

Todos rieron a carcajadas, como afirmando lo que yo terminaba de decir sobre una de mis características más palpables.

Miré a Baakanit sonriendo, como pensando, o recordando algo, que quizás lo hacía sentirse identificado con el relato que yo había terminado.

- Baakanit, en qué piensas?... Le pregunté. Por qué te ríes así, tan sigilosamente?... volví a cuestionarle.

- No viejo, no es nada, es que recordé que cuando yo trabajaba en el Mall me pasó algo parecido a lo tuyo con una supervisora mía, y me incomodé mucho en aquel momento, pero luego de varios meses terminamos saliendo ella y yo, llegamos a tener una corta relación, y fueron tantos momentos bellos los que vivimos juntos y compartimos, que ahora me llegaron a la mente todos esos recuerdos. Por eso, luego de que terminaste, me quedé sonriendo.

- Ah okey, ahora entiendo. Pero a ver, por que no nos terminas ese cuento?...

- Espérenme!, espérenme un momentito, voy al baño… de un pronto. Dijo Yde.

- Diablo muchacha, y tan mal te cayó la cena?! Gritó Blondie, mientras Yde iba apresurada camino hacia el baño. Todos estallamos en una unísona carcajada.

- Well – prosiguió Blondie hablando seriamente - Baakanit es casi igual que tú de hablador, antes de que él nos haga la historia, o mejor dicho comience a hablar de todo lo que él quiera, yo quisiera decirles algo, si me lo permiten, claro…

- Pues absolutamente que sí Blondie, a ver, empieza… le dijimos a coro Baakanit y yo. Nos reímos juntos, al ver la casualidad de estar sintonizados en cuanto a pensamientos y palabras en ese mismo instante.

En ese momento todas nuestras miradas, y sentidos se voltearon en una sola dirección, hacia Blondie…

Blondie, esperamos por ti.